miércoles, 27 de enero de 2010

Los cuervos y nuestra memoria simbólica


Como imagen simbólica, quizá el cuervo no ha corrido con tanta suerte en el folclor y la literatura canónica occidental ( término con el que me refiero a una cultura de sustrato clásico, greco-romano) como sí lo han hecho otros animales. Y es que, por lo regular, se le representa de manera negativa, pues su figura evoca o bien inocencia que raya en estupidez ( bien auspiciada, por la vanagloria), o bien, como mensajero abolusto de la tragedia.

En el primer caso, pienso en la fábula de Esopo, que en el siglo XX veremos tan reelaborada en los mass media, y que cuenta la famosa historia del zorro y el cuervo. Todo mundo la conoce. Aquella donde el cuervo deja caer desde un árbol- !ay torpe de él! - un pedazo de queso, pues el zorro (que por cierto, a partir de ahí en la literatura francesa, dará naciemiento al célebre zorro del roman de Renart) lo alaba con palabras hipócritas.

En el segundo caso, los ejemplos abundan. Desde el célebre cuervo parlanchín nuncamásezco de Edgar Allan Poe, hasta los seis cuervos de la Torre de Londres que, según cuenta la leyenda, deben permanecer en este edificio pues, de lo contrario, si ellos escapan, no sólo la torre cae, sino también la monarquía inglesa y toda Bretaña (¿qué paralelo habrá aquí con Excálibur, la mítica espada del rey Arturo que, cuando regresa a las manos de la dama del lago, también arrastra simbólicamente la destrucción de un mundo, el mundo de Arturo?). A propósito de esto, recuerdo que dos de estos cuervos -los cuervos de la torre de Londres- deben llamarse Hugin y Munin, nombres que provienen de la antigua mitología germánica y que son la otra moneda de este símbolo, pues, contrario a cualquier conotación negativa, estas aves en la antigua mitología escandinava ( la mejor mitología conservada de pueblos germánicos) son ayudantes de Odin. Ellos son, practicamente, quienes muy de mañana emprenden el vuelo hacia la tierra y traen, por la tarde, "noticias del imperio". Así, acerca del pensamiento y la memoria, Snorri Sturluson, en The Prose Edda, nos recuerda que:

“Two ravens sit on Odin’s shoulders, and into his ears they tell the news they see or hear. Their names are Hugin, which means Thought; and Munin, which means mind or memoire. At the sunrise he sends them off to fly troughout the whole world and they return in time for the first meal…” He aquí una bella imagen de lo dicho.

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